El CF Talavera de la Reina saca un punto de la casa del líder jugando casi todo el partido en inferioridad

Buen punto el sacado por el Club de Fútbol Talavera de la Reina del Nuevo Vivero, siendo los hombres de Víctor Cea los primeros esta temporada en ser capaces de sacar algo positivo en la cancha de un líder Club Deportivo Badajoz hasta la fecha había contado sus siete encuentros anteriores en casa con siete victorias.

Ese 0-0 con el que acabó la cita, pese a que hace caer a los cerámicos a puestos de peligro, puede darse por bueno por varios condicionantes que fueron desarrollándose a lo largo del partido y que, como es lógico, marcaron el devenir de la contienda y fueron minando, especialmente, las opciones de ataque de los blanquiazules, esta vez rojillos, ante el todopoderoso líder de la competición en este Grupo ‘5B’

Y es que a los diez minutos de juego le cambia totalmente la cara al partido una más que rigurosa expulsión de Rodrigo. El ariete brasileño se lanzaba con todo a por una pelota dentro del área, que llegaba a tocar, pero también chocaba con el guardameta. Para el colegiado esto era una falta no sólo merecedora de amonestación, sino que aplicaba el mayor de los castigos, la cartulina de color rojo.

Todo planteamiento de Víctor Cea saltaba por los aires ante un Badajoz al que le bastaba muy poquito para crear peligro y que, con uno más sobre el campo, parecía que era cuestión de tiempo que se acabara adelantando en el marcador. Con lo que no contaban era con una actuación estelar un Edu Sousa sostuvo a su equipo con intervenciones de muchísimo mérito y estando muy seguro en el juego aéreo.

Tampoco es que el Talavera se achicara ante su rival, de hecho buscaba la manera de meterle mano al líder, pero era complicado sin uno de sus faros en punta. David Añón pareció ocupar esa zona y tras una combinación con Adighibe se iba al suelo al sentir el contacto de un rival. Pudo ser penalti, pero quizá no hubo el suficiente contacto a ojos del colegiado.

El Badajoz llegaba al área talaverana por oleadas, casi siempre partiendo todo de un balón colgado al área y un remate o la búsqueda de una segunda acción. La tuvo así Jesús Clemente, que remataba desviado, como también un Gorka Santamaría que peinaba un centro de Tomás desde la banda y la pelota salía fuera. Más clara que todas estas llegó a la medira hora con un remate de Aquino a centro de Dani Fernández que sacaba con la rodilla el meta.

Pasábamos la media hora y llegaba otra acción que minó un poco más si cabe al Talavera. En un balón divido el nigeriano se llevaba la peor parte con una fea entrada por detrás y una aparatosa caída en el costado que lo enviaba directamente a un centro médico en la capital pacense. Lo más gracioso de todo ello es que el árbitro pitaba falta en contra de los visitantes y sacaba la amarilla al delantero. De locos…

Tenía que hacer permuta obligada el técnico, dando entrada a Josué Dorrio, y el partido que se le complicaba más si cabe al equipo de la Ciudad de la Cerámica quien antes del descanso recibiría otro aviso más, en este caso de Sergi Maestre, que se encontraba con un segurísimo Edu Sousa. Con este 0-0 nos íbamos a vestuarios.

En la reanudación se acercaba tímidamente en el primer minuto Jon Ceberio, quien tras un par de prolongaciones tras centro de Choco dispararía muy blandito a las manos del meta. Ese fue quizá el acercamiento más peligroso junto con otro llegado a la hora de partido en la que una indecisión en defensa de los pacenses casi les cuesta un disgusto, pues Juanma metió el pie y no encontró nadie al segundo palo.

Más claras serían las de los blanquinegros, quienes seguían buscándolo en acciones laterales porque la zaga cerámica apenas les daba concesiones por el centro. En el 48’ la tendría Clemente a bocajarro ante un Edu Sousa que metía la manopla y conseguía desviar el remate a saque de esquina.

Buscó el técnico local dar más pólvora a su equipo dando entrada a Adilson y a Tahiru, pero no estaban muy acertados estos y tampoco su compañero Aquino al que su testarazo se le iba lamiendo el palo. Y así se iban consumiendo los minutos ante un Talavera que empezó a jugar con el reloj y con el nerviosismo de un oponente que tuvo hasta ocho minutos más de añadido y que se estrelló contra un muro defensivo.